Usuario Way Too Cabrón

Para que la humanidad se maraville con un corto, necesita emplear su vedere come para que se los parámetros de apreciación sean ricos en especie.

Últimamente, se ha notado que los cortos son aún más complejos que los largometrajes (los que son chingones según los Oscaritos), tanto así, que los festivales de Cortometrajes y Documentales que se efectuan en las principales vienas de cinematografía independiente (los Cannecitos), han sido de una crítica voraz y día con día repercute ahondadamente; en lo que ya los directores emergen con cautela al momento de ejecutar el film.

Los Festivales de Cortometrajes Ibéricos que se celebran este 2010, proponen una especie de puente conyuntivo en lo que es la liberación de digitalismo (a computadores) y lo que es la concentrada y desmedida furlación de talentos (actuación y dirección).

En México, el IMCINE es una de las cuantas probabilidades de tomar los timoneles de la buena ejecución y tener algo mejor que un "Ñoñárritu" y que un Cuarón. Es complejo, he de comentar, pero es necesario que se cumpla un ciclo en México, por lo cual, la crítica aquí, en vez de malinchista y blandengue, sea voraz y que espiche esperpentos.

Latinoamérica ha tenido el apoyo del AXN Film Festival, de los cuales, se han observado maravillas en tamaño chiquito, por lo cual, es semejante el espetón de vulgaridades que de Argentina, Brasil y Chile como predominantes dejen en buen sitio de contienda a los mexicanos.

Tres de los mejores cortos mexicanos:

Gordiranfla (2007) por Anwar Safa: 4/5.

Verano 79 (2008) por Rodrigo Oviedo: 3/5.

Jacinta (2009) por Karla Castañeda: 5/5.

No es prestigio lo que se busca, es la calidad, tenemos que saber que la beldad no es la meta ni el límite, es lo que nos arraiga. Pero bueno, al fin y al cabo, para mí, el mejor corto de la historia:

A Perfect Place de Derrick Scocchera, con la maravilla de ingenio de Mike Patton que en la lista shit es un 5/5.

Entonces, sí, también nos gustan los chiquitos.